Católicos estadounidenses expresan unidad con católicos latinoamericanos con colecta anual

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A través de donaciones a la “Colecta para la Iglesia en América Latina”, los católicos en los Estados Unidos tienen la oportunidad de apoyar la misión de la Iglesia en países afectados por la pobreza, la inestabilidad política y los desastres naturales. La colecta fue fundada en 1965 como una forma para que los católicos en los Estados Unidos expresaran su unidad y solidaridad con los católicos en América Central y del Sur y las islas del Caribe. Inspirada en el Concilio Vaticano II, reconoce los lazos espirituales arraigados en la fe y la historia compartidas.

El obispo Daniel H. Mueggenborg, de Reno, y presidente del Comité de Colectas Nacionales de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, se encontró con un sacerdote de Oklahoma en 1981 que más tarde fue martirizado en Guatemala. “El beato Stanley Rother ejerció su ministerio en Guatemala, incluso frente a un gran peligro, porque Dios lo había llamado a amar y cuidar a los latinoamericanos necesitados”, dijo el obispo Mueggenborg. 

“El ministerio del padre Rother a los pobres amenazaba los intereses de gente poderosa y finalmente lo llevó a la muerte, pero su testimonio heroico ayudó a inspirar mi propia vocación sacerdotal y mi sentido de solidaridad con los católicos en América Latina. La Colecta para la Iglesia en América Latina es una oportunidad para que todos respondamos a ese mismo llamado. Puede que no nos cueste la vida, pero un sacrificio financiero, incluso uno pequeño, contribuirá a la vida de muchas personas”.

El año pasado, la colecta proporcionó 6,2 millones de dólares para más de 250 ministerios en lugares donde la Iglesia no puede sostenerse sin ayuda externa. Más de la mitad del dinero se destinó a cubrir necesidades pastorales, casi el 28% a brindar ayuda en caso de desastres y aproximadamente el 20% a subvencionar vocaciones y la formación de clérigos y religiosos. Algunos ejemplos son:

En Haití, donde el suelo está gravemente empobrecido, 330 líderes laicos integraron la enseñanza social católica sobre ecología y cuidado de la creación con instrucciones prácticas sobre cómo mejorar el suelo y el agua y plantar árboles para prevenir la erosión.

En la diócesis de Choluteca, Honduras, la colecta ayudó a los migrantes que se establecieron allí provenientes de otras naciones latinoamericanas y de lugares tan lejanos como Asia y África. Esta es parte de una labor social diocesana más amplia que incluye la evangelización de los pobres con respeto y sensibilidad social.

En República Dominicana, 18 jóvenes que ingresaron a la comunidad religiosa de la Orden de Santa Clara están recibiendo apoyo mientras descubren nuevos enfoques para orar por el mundo desde su convento de clausura.

En Ecuador, la colecta ayudó a subsidiar el Congreso Eucarístico Internacional de septiembre de 2024, que atrajo a participantes de 40 naciones.

En la Arquidiócesis de San Salvador de Bahía, Brasil, una subvención apoyó un ministerio social que va desde ayudar a las parroquias a convertir el aceite de cocina en combustible de bajo costo hasta un festival del Día Mundial de los Pobres para la comunidad con comida, música y una procesión eucarística por barrios empobrecidos.

“Con el apoyo de feligreses como ustedes, la Colecta para la Iglesia en América Latina ayuda a innumerables personas pobres y marginadas a experimentar el amor de Dios y compartirlo con sus vecinos”, dijo el obispo Mueggenborg. “Eso es lo que el beato Stanley Rother fue a hacer a América Latina, y es lo que Jesús nos llama a todos a hacer”, agregó.

Para obtener más información, consulte https://www.usccb.org/committees/church-latin-america.