Monseñor Marco Aurelio González Iriarte, un legado de fe y servicio

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A lo largo de su vida, Monseñor Marco Aurelio González Iriarte ha sido un guía espiritual, un formador de comunidades y un testigo del Evangelio. Desde su infancia en el barrio de La Merced, cerca del Cerrito del Carmen en la Ciudad de Guatemala, hasta su actual labor como rector del Beaterio de Belén, su misión ha sido servir con dedicación y entrega. Su historia es la de un hombre que ha caminado junto a su pueblo, fortaleciendo la fe y dejando un legado de amor y servicio.

Infancia y vocación

Nacido en un hogar donde el amor, la disciplina y la devoción eran pilares fundamentales, Monseñor Marco Aurelio creció con una profunda conexión con su fe. Su camino hacia el sacerdocio comenzó a temprana edad, influenciado por su entorno familiar y comunitario. 

Años más tarde, su regreso a Guatemala en 1976 marcó el inicio de su labor pastoral, cuando su tío Fernando Pederess, encargado de la asociación de Candelaria, lo invitó a colaborar en las actividades parroquiales.

Formador de comunidades

Desde su juventud, Monseñor Marco Aurelio demostró un talento excepcional para organizar y guiar. Su trabajo en la iglesia de Candelaria lo llevó a formar parte de la Hermandad de Jesús Nazareno, donde, junto a un grupo de jóvenes, se encargó de elaborar los adornos procesionales. Aunque al principio no tenían experiencia, su dedicación y el apoyo de Monseñor les permitieron crecer en esta labor.

Uno de los momentos más significativos fue en 1996, cuando Monseñor les confió la elaboración del adorno para la procesión de Jueves Santo, bajo el tema "Jesús es el Señor". Este fue el inicio de una larga trayectoria de colaboración, donde aprendieron no solo el arte de la ornamentación, sino también el valor de la fe y el servicio.

Rector del Beaterio de Belén

En 2003, Monseñor Marco Aurelio fue nombrado rector del Beaterio de Belén, donde continuó su labor pastoral con el mismo fervor. Bajo su liderazgo, se revitalizó la devoción a Jesús de la Indulgencia y a la Virgen de los Dolores Internos. Uno de sus mayores logros fue la restauración de estas imágenes, que devolvió su esplendor original y renovó la fe de los fieles.

En 2014, organizó la consagración de Jesús de la Indulgencia, un evento histórico que reunió a miles de devotos. Su capacidad para inspirar y movilizar a la comunidad fue clave en este proceso, demostrando una vez más su compromiso con la evangelización y la preservación de las tradiciones religiosas.

Testimonios de su influencia

Quienes lo conocen destacan su humildad, su sabiduría y su capacidad para escuchar y aconsejar. "Es una persona que impone respeto desde el primer momento, pero también transmite una gran calidez", comenta uno de sus colaboradores. Otros recuerdan anécdotas, como cuando un joven quemó accidentalmente su capa pluvial con un incensario durante una procesión, y Monseñor, lejos de enojarse, lo tomó con humor y paciencia.

Su influencia trascendió lo pastoral: acompañó a familias en momentos de alegría y dolor, celebró primeras comuniones, y se convirtió en un referente espiritual para muchas generaciones. "Es un ejemplo no solo como sacerdote, sino como ser humano", afirma un devoto.

Monseñor Marco Aurelio González Iriarte ha dejado una huella imborrable en la Iglesia y en la comunidad guatemalteca. Su vida es un testimonio de entrega, amor al prójimo y fidelidad al Evangelio. Este documental es una invitación a conocer su legado, una historia de fe que sigue inspirando a quienes caminan junto a él.