Celebración de la Fiesta del Bautismo del Señor en Canalitos

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La Fiesta del Bautismo del Señor es una fecha solemne en el calendario litúrgico que marca el final del tiempo de Navidad. Esta celebración nos recuerda el inicio del ministerio público de Jesús, cuando fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán, un momento clave en su misión de redención.

En esta ocasión especial, la comunidad de la Parroquia Nuestro Señor Jesucristo de Esquipulas, ubicada en Canalitos, vivió una jornada de profunda fe y celebración, encabezada por el Señor Arzobispo Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, SJ, Arzobispo de Santiago de Guatemala.

Un Encuentro de Fe y Comunidad

La solemne Eucaristía, presidida por Monseñor de Villa y Vásquez, reunió a fieles de todas las edades, quienes con fervor se congregaron para participar en esta significativa fiesta litúrgica. Durante la misa, el Arzobispo destacó el simbolismo del Bautismo del Señor como un llamado a la conversión y a vivir la vida cristiana con compromiso y esperanza.

Sacramento de la Confirmación

En el marco de esta celebración, Monseñor Gonzalo de Villa tuvo el privilegio de conferir el Sacramento de la Confirmación a un grupo de jóvenes de la comunidad. Estos jóvenes, que habían sido preparados con esmero, recibieron el don del Espíritu Santo, comprometiéndose a ser testigos de Cristo en sus vidas diarias.

En su mensaje, el Arzobispo exhortó a los confirmados a vivir con valentía y fidelidad su fe católica, recordándoles la importancia de este sacramento como una profundización de su camino cristiano. "Sean luz en sus comunidades y mensajeros de esperanza en el mundo", les dijo.

Un Mensaje de Esperanza

La celebración concluyó con palabras de agradecimiento de los feligreses, quienes destacaron la importancia de contar con el acompañamiento de su pastor, y con un renovado entusiasmo por continuar caminando juntos como comunidad de fe.

Este evento resalta el profundo significado del Bautismo del Señor y el llamado a vivir como discípulos en acción, llevando esperanza y luz a donde sea necesario.

"En el Bautismo, el cielo se abrió para Jesús; en nuestra vida de fe, el cielo se abre para nosotros cuando somos verdaderos testigos de su amor", concluyó Monseñor de Villa y Vásquez.