¿Por qué la Navidad termina con el Bautismo del Señor?
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El Bautismo del Señor. Esta fiesta, que cierra el Tiempo de Navidad, celebra la manifestación de Jesús como el Hijo amado del Padre, confirmado por la voz divina y la presencia del Espíritu Santo.
El Bautismo del Señor marca el inicio de la vida pública de Jesús, dejando atrás la intimidad de su infancia y su vida oculta en Nazaret. En este sentido, el Tiempo de Navidad concluye cuando se completa la revelación inicial de quién es Jesús y comienza su misión de anunciar el Reino de Dios.
¿Por qué se llama Navidad?
La palabra "Navidad" proviene del latín "nativitas", que significa "nacimiento". Se refiere específicamente al nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. En este misterio de la Encarnación, celebramos que Dios entra en la historia humana para salvarnos, adoptando nuestra naturaleza y compartiendo nuestra vida.
El nombre "Navidad" refleja, por tanto, el evento central de este tiempo litúrgico: el nacimiento de Jesús en Belén, que trae la luz, la paz y la salvación al mundo.
Razones Teológicas del Tiempo de Navidad
Manifestación de Cristo como Luz del Mundo: Durante la Navidad celebramos cómo Jesús, el Hijo de Dios, viene a iluminar las tinieblas del pecado y a traer la salvación a todos los hombres.
Unión del Misterio de la Encarnación y el Bautismo: En el Bautismo del Señor, se hace evidente quién es Jesús: el Hijo amado del Padre. Este evento complementa el misterio de la Encarnación celebrado en Navidad, porque muestra cómo Jesús no solo nace como hombre, sino que es enviado como Salvador.
Invitación a la Misión Cristiana: Así como el Bautismo de Jesús marca el inicio de su misión pública, el cierre de la Navidad nos invita a reflexionar sobre cómo vivimos nuestra vocación bautismal como discípulos y testigos de Cristo.
Un Tiempo de Alegría y Esperanza
El Tiempo de Navidad nos lleva desde la alegría de Belén hasta el comienzo de la misión de Jesús, recordándonos que hemos recibido la luz de Cristo para compartirla con el mundo. Al contemplar su nacimiento y su Bautismo, somos llamados a vivir nuestra fe con renovada esperanza y a dar testimonio de su amor en nuestra vida diaria.
Que esta Navidad que culmina con el Bautismo del Señor nos inspire a vivir plenamente nuestra identidad como hijos de Dios. ¡Cristo ha nacido y se ha manifestado al mundo!
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