Santa Rita de Casia - 22 de Mayo. Viuda, Monja y “santa de lo imposible”.
🎧 Escucha este artículo usando la función de audio de Chrome:
- Haz clic derecho en cualquier parte del texto
- Selecciona "Leer en voz alta"
- Si necesitas ayuda click aqui
Santa Rita de Casia es una de las santas más queridas y populares de todos los tiempos. Rita -cuyo nombre de pila fue “Margherita Lotti”, de ahí probablemente la contracción a “Rita”- fue una mujer sencilla y a la vez extraordinaria.
Siendo adolescente se sintió llamada a la vida religiosa pero sus padres decidieron casarla. Rita, entonces, por obediencia a sus padres, aceptó contraer matrimonio. Lamentablemente, su esposo (Pablo Fernando Manccini) no era un buen hombre y la maltrataba constantemente, y la familia rica y poderosa de su marido la humillaba continuamente. Con el tiempo, sin embargo, gracias a su profundo amor a Cristo, sus oraciones y su entereza para devolver bien por mal, logró que su marido se convierta. Por eso, se le conoce como la “santa de los imposibles”.
Cuando ya era feliz junto a su esposo, Pablo Fernando es asesinado y al poco tiempo mueren también sus dos hijos. Luego de tanto sufrimiento, Rita ya viuda y sin hijos, entra al convento de las agustinas recoletas. Ella también es Patrona de los necesitados. Su fiesta se celebra cada 22 de mayo.
Una vida complicada pero llena de testimonios.
Rita nació el 22 de mayo en la aldea de Roccaporena, 5 km al oeste del pueblo de Cascia (provincia de Perugia, región de Umbría) en 1381 y falleció,el 22 de mayo de 1457. El mismo día, a la edad de 76 años. Umbría es conocida por ser tierra de Santos: Benito, Escolástica, Francisco, Clara, Angela, Gabriel. Santa Rita pertenece a esa insigne pléyade de mujeres que pasaron por todos los estados: casadas, viudas y religiosas. Por otra parte, pocos santos han gozado de tanta devoción como Santa Rita, Abogada de los imposibles. Su amor y dedicación era meditar la Pasión de Jesús, atender a los enfermos del monasterio de Casia y encontrarse con la naturaleza.
Hija del notario y pacificador de la Ciudad, don Antonio Lotti y de la señora Amata Ferri. Esta gran santa nace un año después de la muerte de Santa Catalina de Siena. La casa natal de Sta. Rita está cerca del pueblito de Cascia, entre las montañas, a unas 40 millas de Asís, en la Umbría, región del centro de Italia.
Su vida comenzó en tiempo de guerras, terremotos, conquistas y rebeliones. Países invadían a países, ciudades atacaban a ciudades cercanas, vecinos se peleaban con los vecinos, hermano contra hermano. Los problemas del mundo parecían más grandes que lo que la política y los gobiernos pudieran resolver.
Los antiguos biógrafos esmaltan su infancia de prodigios sin cuento. Lo cierto es que fue una niña precoz, inclinada a las cosas de Dios, que sabía leer en las criaturas los mensajes del Creador. Su alma era una cuerda tensa que se deshacía en armonías dedicadas exclusivamente a Jesús.
Sentía desde niña una fuerte inclinación a la vida religiosa. Pero la Providencia divina dispuso que pasara por todos los estados, para santificarlos y extender la luz de su ejemplo y el aroma de su virtud. Fue un modelo extraordinario de esposa, de madre, de viuda y de monja.
Aunque su matrimonio ya estaba acordado con el hijo de un importante notario, ella se enamora profundamente de Pablo Fernando Manccini, proveniente de una de las familias más poderosas y acaudaladas de su tiempo. Fue un verdadero martirio, pues Pablo era caprichoso y violento. Rita acepta su papel: callar, sufrir, rezar. Su bondad y paciencia logran la conversión de su esposo, no sin antes enfretarse a la familia Mancini y a su propio marido. Con el tiempo, el amor, mucha oración y paciencia, poco a poco fue tranformando el corazón de Paolo Fernando. Nacen dos gemelos mellizos: Jacobo y Paolo, que les llenan de alegría. Tras recapacitar Paolo Fernando, deciden irse de la casa Manccini a un antiguo molino a las afuras de la Ciudad en Rocca Porena.
A la paz sigue la tragedia. Un día Manccini —que trabajaba ya como molinero de la aldea de Rocca Porena y tenía muchos enemigos por sus fechorías pasadas- fue emboscado y asesinado. Rita ve la muerte de su esposo, perdona y eso mismo inculca a sus hijos. Y sucede ahora una escena incomprensible desde un punto de vista natural. Al ver que no puede conseguir que abandonen la idea de venganza, pide al Señor se los lleve, por evitar un nuevo crimen y la posibilidad de la condenación eterna de sus hijos, y el Señor atiende su súplica. Sus amadísimos hijos en un intento de venganza, escapan de casa, Rita los busca desesperadamente por todos lados, y tras varios días los encuentra en el hospital contagiados de una rara enfermedad, ambos jóvenes morirán en brazos de su madre. Santa Rita, comprende que Dios se los llevó al Cielo, antes de que ambos muchachos se mancharan las manos de sangre por vengar a su padre.
Vienen ahora años difíciles.
Su soledad, sus lágrimas, sus oraciones. Intenta encontrar sentido a su sufrimiento, y en medio de la crisis, no abandona su fe. Busca cumplir el deseo de su infancia; ser religiosa. Tres veces desea entrar en las Agustinas de Casia, y las tres veces es rechazada. Las monjas tenían miedo que el ingreso de la viuda Rita, esposa de un hombre tan poderoso como lo había sido Pablo Fernando, les trajera problemas al monasterio.
Por fin, con un prodigio que parece arrancado de las Florecillas, se le aparecen San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino y milagrosamente es introducida en el monasterio. Tras este hecho sobrenatural, Rita es admitida, hace la profesión ese mismo año de 1417, y allí pasa 40 años, sólo para Dios.
Recorrió con ahínco el camino de la perfección, las tres vías de la vida espiritual, purgativa, iluminativa y unitiva. Ascetismo exigente, humildad, pobreza, caridad, ayunos, cilicio, vigilias. Las religiosas refieren una hermosa anecdota de su vida conventual. La Priora le manda regar un sarmiento seco. Rita cumple la orden rigurosamente durante varios meses y el sarmiento reverdece. Este sarmiento aún vive.
Jesús no ahorra a las almas escogidas la prueba del amor por el dolor. Rita, como Francisco de Asís, se ve sellada con uno de los estigmas de la Pasión: una espina muy dolorosa en la frente. Por otro lado, su vida en el convento tampoco fue fácil. Pruebas purificadoras, miradas desconfiadas, sonrisas burlonas. Rita mira el Crucifijo y en aquella escuela de misericordia aprende su lección e imita a su Señor.
La hora de su muerte nos la relatan también llena de deliciosos prodigios. En el jardín del convento nacen una rosa y dos higos en pleno invierno para satisfacer sus antojos de enferma. Al morir, la celda se ilumina y las campanas tañen solas a gloria.
Santa Rita murió en el convento de Cascia, con setenta y seis años de edad, el día 22 de mayo del año 1457. El día de su muerte, en todos los conventos agustinos e iglesias dedicadas a ella, se celebra la ceremonia de la bendición de las rosas, ceremonia especialmente famosa en su Basílica de Casia, en Italia.
Su cadáver nunca fue sepultado y emitía una fragancia que atraía a todos los vecinos de Cascia y de la Umbría en general y ella, de inmediato, recibió culto popular. Su cuerpo permanece incorrupto, en la Basílica dedicada a ella en el monasterio de las agustinas de Casia, en Perugia.
Fue beatificada por el Papa Urbano VIII en el año 1628; se había producido un curioso milagro: el cadáver abrió los ojos y quedó bastante tiempo en levitación. Fue canonizada por el Papa León XIII el día 24 de mayo del año 1900. En dicho acto, el Papa la llamó “perla preciosa de Umbría”.
La vida de Rita fue marcada por el dolor y el sufrimiento, pero también por la gracia y la fortaleza del Espíritu. En medio de la sencillez de esta extraordinaria mujer, Dios realizó y sigue realizando grandes prodigios, por ello, Rita pertenece a los así llamados santos "taumaturgos". Se llama taumaturgo a la persona por cuya intercesión, Dios hace muchos milagros.
OREMOS
Te pedimos, Señor, que nos concedas la sabiduría y la fortaleza de la cruz, con las que te dignaste enriquecer a santa Rita, para que, compartiendo en las tribulaciones la pasión de Cristo, podamos participar mas íntimamente en su misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Suscribite para recibir las noticias diarias de Biencatolicos.com
Usted esta leyendo este articulo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelizacion, que se llama Bien Catolicos. Como usted puede imaginar, en nuestro trabajo se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelizacion para cada persona, sin importar el pais en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su ofrenda, lleva solo un minuto.
🕊️ Ofrendar ahora