Preparativos para el Cónclave: el lunes 5 de mayo se celebrará el juramento de los encargados del proceso electivo

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El próximo lunes 5 de mayo, a las 17:30 horas, tendrá lugar en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico Vaticano una ceremonia discreta pero de vital importancia para la integridad del próximo Cónclave: el Juramento de los Oficiales y Encargados que asistirán a los cardenales electores durante la elección del nuevo Papa.

Según lo dispuesto en los números 46 a 48 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, todos aquellos, tanto eclesiásticos como laicos, que participarán en el Cónclave con funciones auxiliares, deberán prestar un solemne juramento de secreto y fidelidad, bajo la vigilancia del Cardenal Camarlengo, Su Eminencia Kevin Joseph Farrell, acompañado por los tres Cardenales Asistentes designados para el proceso.

Una logística espiritual y material al servicio de la elección

Los participantes deberán estar presentes a las 17:00 horas en la Capilla Paulina. Allí se reunirán diversas figuras esenciales para el desarrollo ordenado y seguro del Cónclave, entre ellas:

• El Secretario del Colegio Cardenalicio
• El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias
• Los Maestros de Ceremonias Pontificios
• Los religiosos asignados a la Sacristía Papal y al sacramento de la reconciliación en múltiples idiomas
• Médicos, enfermeros, ascensoristas y personal de transporte
• Trabajadores de servicios técnicos, limpieza, floristería y cantina
• Responsables de seguridad, incluidos miembros de la Guardia Suiza y de la Protección Civil del Estado de la Ciudad del Vaticano

Cada uno de estos servidores de la Santa Sede, tras recibir la instrucción correspondiente sobre el contenido y la gravedad del juramento, pronunciará en voz alta la fórmula establecida y la firmará personalmente ante el Cardenal Camarlengo, en presencia de dos Protonotarios Apostólicos que actúan como testigos.

La custodia del misterio y el espíritu de oración

El juramento no es una mera formalidad administrativa, sino una salvaguarda de la pureza y libertad del proceso de elección del Sucesor de Pedro. Prohíbe terminantemente cualquier tipo de indiscreción, interferencia externa o divulgación de datos sensibles. Su cumplimiento garantiza el recogimiento y el sigilo que requiere el discernimiento de tan alta misión espiritual.

Esta ceremonia marca un hito en los preparativos finales para el inminente Cónclave, que se celebrará en la Capilla Sixtina en los próximos días, una vez que todos los cardenales electores estén presentes en Roma.