Timor Oriental despide al Papa Francisco con fe y gratitud

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Más de 50.000 católicos se congregaron en la explanada de Tasi Tolú, en las afueras de Dili, capital de Timor Oriental, para despedir con profunda emoción y oración al Papa Francisco. El lugar, significativo en la memoria del pueblo, fue donde el Santo Padre celebró la Eucaristía durante su histórica visita en septiembre de 2024.

La mayoría de los presentes vestía de blanco, signo de esperanza y resurrección, mientras se unían en oración durante la misa fúnebre, que coincidió en hora con el solemne oficio celebrado en la Plaza de San Pedro, en Roma. El papamóvil, adornado con flores y fotografías del pontífice, recorrió la capital hasta llegar al altar dispuesto en Tasi Tolú, entre cantos y lágrimas de un pueblo que amó entrañablemente al Papa.

Uno de los símbolos más visibles fue el mensaje impreso en muchas camisetas: “Que tu fe se convierta en tu cultura”, una de las exhortaciones más recordadas del Papa Francisco durante su última visita al país. Este mensaje ha calado hondo en la identidad católica timorense, que constituye el 98% de una población de 1,3 millones de habitantes.

Filomena Freitas, de 68 años, ofreció un testimonio conmovedor: «Me tomó cinco horas a pie con mi hijo, mi nuera y mis nietos llegar al lugar. A pesar de que soy vieja y estoy enferma, sabía que tenía que estar aquí hoy». Como ella, cientos de personas caminaron desde aldeas montañosas para rendir homenaje al Pontífice.

Monseñor Laendro María Alves, obispo de Baucau, presidió la Eucaristía. En su homilía, definió al Papa como “un hombre de coraje, verdad y amor”, resaltando su cercanía con el pueblo sencillo y su incansable defensa de la unidad y el perdón. “Francisco no solo nos habló con palabras, sino con gestos concretos, con una vida entregada al servicio”, afirmó el prelado.

Durante la jornada, miles de fieles se alinearon a lo largo del camino desde Dili hasta Tasi Tolú, muchos portando velas y rosarios, y entonando himnos religiosos. Según medios locales, muchos se unieron espontáneamente a la procesión, acompañando al papamóvil con reverencia y recogimiento.

El Ministro de Administración del Estado, Tomas Cabral, expresó el sentir del pueblo: «Hemos venido a celebrar la despedida del Papa, porque este es el lugar donde el Papa Francisco se detuvo y nos bendijo». Sus palabras reflejan el afecto profundo que el pueblo timorense guarda hacia el Santo Padre, cuyo paso por este joven país dejó una huella espiritual imborrable.

El homenaje en Dili fue, al mismo tiempo, una manifestación de dolor y de fe viva. En Francisco, los timorenses vieron a un pastor humilde, un padre cercano, un testigo de la misericordia de Dios. Hoy, su recuerdo permanece encendido en los corazones de quienes caminan en esperanza.